¿Qué es en realidad sentir con el otro?

Ser vulnerables nos deja vivir en conexión con los otros.

La empatía es conocer nuestra oscuridad lo suficientemente bien como para poder sentarnos en la oscuridad con otros.
— Brené Brown

La existencia humana tiene una necesidad innata y constante: CONECTAR.

Esa conexión tiene el nombre de empatía que hace alusión a “sentir con”, sentir con el otro. Esa capacidad (disminuida muchas veces por momentos traumáticos acompañados por maltrato, abandono, humillación, exclusión…) es la que nos permite construir relaciones saludables en cada aspecto de nuestra vida: familia, escuela, trabajo y ambiente social; y a la vez, fortalecer cuestiones más específicas como las aptitudes de liderazgo.

¿Qué es en realidad sentir con el otro?

¿Es tener simpatía por otros?

¿Es sentir compasión por otros?

La empatía es un estado superior al de la simpatía (“sentir por”), no basta que alguien te caiga bien y opines sobre sus situaciones (lo que puede dirigirnos hacia la desconexión). Por otro lado, la compasión es el resultado de ejercitar constantemente la empatía hasta alcanzar un nivel de conexión profundo con el otro.

Según Brené Brown, autora del libro “El poder de la vulnerabilidad”, la empatía tiene 4 atributos:

  1. Tomar la perspectiva del otro y reconocerla como su verdad. De esta manera reconocemos al otro, su existencia, en plenitud de consciencia, decisión y derecho.

  2. Evitar hacer juicios.  Juzgar la situación de la persona rompe la conexión. Debemos estar dispuestos a soltar los prejuicios y la crítica.

  3. Reconocer la emoción del otro. Significa sintonizarnos con la emoción del otro, sentir lo que está sintiendo, ponernos, literalmente, en sus zapatos.

  4.  Conectar con el otro. Tener la habilidad de conectar con el sentimiento de que podemos comprender y validar el sentimiento del otro de forma genuina.

En definitiva, la empatía es la elección propia de ser vulnerables, porque para poder conectar con el otro, necesitamos ir hacia ese espacio oscuro en nuestro interior donde podemos reconocer ese sentimiento que compartimos con el otro.

Este estado profundo de sentir con el otro, la empatía, es el que nos permite comprender que no es la pena, ni la necesidad patológica de colonizar o influir sobre otros, lo que determina la calidad de nuestras relaciones.

Desde el punto de vista de la psicología, y aún más profundo, desde la espiritualidad, sentir con el otro nos da la habilidad de crear diálogos y conexiones simétricas, no complementarias ni autoritarias, en donde es posible que el AMOR, la BONDAD, la GENEROSIDAD se sientan en su mayor esplendor.

Una gran noticia es que la empatía es una habilidad que puede ser ejercitada y alimentada con pequeñas acciones diarias, para lograr el objetivo superior: “LA PAZ COTIDIANA”, como lo dice la psicóloga Mariana Falconí.

Aprender a confiar en uno mismo, ejercitar el arte de escuchar y apreciar la sinceridad son algunas formas de volvernos más empáticos (Desliza para más ideas).


¿Quieres conectar con el otro? Este es el tip perfecto…

Empieza por conocer quién eres y trátate con respeto.

Como consecuencia, el otro entrará en esta misma sintonía, la de una relación cercana y saludable.
— Mariana Falconí

La magia de las neuronas espejo

¿De dónde surge esta necesidad innata de conectar? La empatía no es solamente una cuestión de voluntad, sino que es el estado natural de los seres humanos alentado por las neuronas espejo.

Las neuronas espejo nos permiten anticipar los pensamientos, las intenciones y los sentimientos de los demás. Facilitan nuestras interacciones.

Mariana Falconí explica que estas neuronas:

  • Crean un lazo neuroquímico perfecto, permitiéndonos leer las emociones de los otros, aunque no sean expresadas.

  • Su función es apoyada por las feromonas, que literalmente generan olores emocionales. Es una cadena de energía que se sintoniza hasta vibrar en la misma frecuencia.

  • De esta interacción biológica, psicológica y de consciencia surgen relaciones tan poderosas como las de la madre- bebé, las parejas y el enamoramiento y hasta las de terapeuta- paciente.

En conclusión, nuestra naturaleza tiende al equilibrio, por eso abre la puerta para lograr una sinergia con otros que es POSIBILITADORA y SANADORA.   


Mira el capítulo de Espirales ¿Cómo sentimos con el otro? Con Mariana Falconí.

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