Una semana después: ¡Filosomi al aire!

Cada uno de ustedes: quienes están aquí (leyendo), otros a la distancia o en el más allá, son parte de este sueño.

Cada uno de ustedes: quienes están aquí (leyendo), otros a la distancia o en el más allá, son parte de este sueño.

FILOSOMI es el nombre que le he puesto a la obligación que tenemos como seres humanos de honrar nuestra existencia, cuidando y conociendo profundamente a la persona más importante de nuestras vidas, nosotros mismos.
— Marialuz

Dude tanto en hacer esto, me cuestione tantas veces, y ahora tengo la certeza de que, al igual que el resto de cosas que hago, no hubiera podido hacerlo sin ustedes. Gracias por estar aquí, por haber estado y por ser parte importante de esta nueva aventura: mi blog FILOSOMI. 

Gracias, principalmente, a mi equipo que juega en la defensa, apoyándome y sosteniéndome, con paciencia y con amor; mi familia: Pablo, Avelina, Tomás, Martín y Julián, Pablito y Borsi. Ustedes son mi pilar y mi fuente de poder, quienes me acompañan en cada una de mis metas. 

Y cuando digo que me acompañan no lo digo figurativamente, ni en forma de metáfora, su compañía es real y tangible. 

Por ejemplo, en el Ironman (IM) de Frankfurt en el 2013, en el km 60 de la bici, se bajó la llanta. No digo pinché porque lo que sucedió es que se rompió la válvula. Mis amigos ciclistas me entenderán. Eso no tenía arreglo, solo otro aro.

Después de estar parada una hora, llegó el otro aro, no sé de dónde, y me tocó terminar los 120 km restantes. Al terminar el ciclismo y decidir enfrentarme a la maratón, 42,2km, luego de estar físicamente descompensada, decidí que en vista de que estaba tan lejos y no tenía nada más que hacer, pues todos estaban corriendo, iba a terminar la maratón, que consistía en cuatro vueltas. Es ahí donde encontré la fórmula para completar la carrera, una vuelta por Avelina, otra por Tomás, otra por Martín y otra por Julián. Y es así como en contra de todo pronóstico terminé el IM de Frankfurt, una de mis carreras más memorables y especiales. 

Otro ejemplo fue en este junio (2019) en el IM de Boulder, cuando por un error mío, solo mío, a pesar de la mala señalización, corté el segmento del ciclismo. Me dijeron en un inicio que entregue el chip, y cuando me dieron la oportunidad de terminarla y correr la maratón, me acordé de una frase que les repito siempre a mis hijos: “Lo que se empieza se termina“.  ¿Con qué cara iba yo a volver sin terminar la carrera, así me vayan a descalificar, como en efecto fue? Con esa frase pude replantear mi objetivo y no solo correr la maratón sino correr la maratón más rápida de mi vida. 

Les llevo conmigo en todo momento, en cada carrera y proyecto, y no como imágenes o recuerdos, sino en forma de alas. 

Cada uno de ustedes, quienes están aquí (leyendo), otros a la distancia o en el más allá, son parte de este sueño.

 ¿Cómo empezó FILOSOMI? 

Bueno, pues desde hace algún tiempo vengo escribiendo y compartiendo mis vivencias, haciendo reflexiones y poniendo en palabras lo que pienso, y así me di cuenta que había una voz que escuchaba solamente yo. Luego me percaté, gratamente, que, en ocasiones, al compartir con otras personas estas experiencias y reflexiones, se interesaban genuinamente y les emocionaba profundamente. Ahí pensé en la posibilidad de que haya otra gente a quien le interese esa voz y serle útil.

Esa es la voz de mi diálogo interno. Una voz que ahora me es imprescindible, pues es la que conecta mis dimensiones y genera sinergias internas que luego se  proyectan al exterior.  

Luego de eso, definí que esa voz no se podía llamar Marialuz Arellano, principalmente, porque creo que las personas somos transitorias, y lo que puede permanecer en el tiempo es lo bueno y memorable que podamos hacer, y para eso necesitaba encontrar el instrumento que pueda trascender y crecer no solamente con mi voz sino también en un futuro, ojalá pronto, con otras voces que vibren en esta misma dimensión. 

En ese momento empezamos: Gaby Valenzuela, mi editora y community manager, y yo a trabajar, junto a Dany Herdoiza y Dabrand, en el nombre que iba a tener esta voz. Dani supo entender perfectamente el objetivo y la misión y en pocas reuniones FILOSOMI quedó instaurado, la línea gráfica, los colores, la intención y el mensaje: Know better, be better

¿Qué quisimos decir con esta frase? Que nos arriesguemos, que busquemos las respuestas dentro de nosotros mismos, que cuestionemos y probemos las veces que sean necesarias hasta encontrar nuestra fórmula, nuestro propio, auténtico y genuino FILOSOMI. Por esto, FILOSOMI no es mío, FILOSOMI es el nombre que le he puesto a la obligación que tenemos como seres humanos de honrar nuestra existencia, cuidando y conociendo profundamente a la persona más importante de nuestras vidas, nosotros mismos. 

¡Gracias Dany! Finalmente, aquí estamos lanzando esta marca, a la que le pusiste tanto cariño y una creatividad única. A esto se sumaron después Sole Rosales, Alejo Reinoso y Andy Reinoso con la fotografía, el video y el audio. 

Mis dimensiones

FILOSOMI vive en cuatro dimensiones, que son las dimensiones con las que yo me identifico y que por supuesto se adaptan a cada persona. 

Voy a empezar por la dimensión CONECTADA, porque esto se trata de todos ustedes, no de mí. Son estas conexiones las que me han traído a donde ahora estoy, las que me han permitido pensar qué puede funcionar, y que tal vez si existen más personas que les pueda interesar lo que tengo para decir. 

Son ustedes con quienes comparto anécdotas e historias únicas, recuerdos memorables y lo más importante: muchas risas; cuántas historias llenas de risas y alegría. Gracias a todos por esas risas hermosas que nos aligeran, que nos permiten tener la perspectiva para ser más prácticos y recursivos y así poder escoger lo posible y desafiar a lo imposible.

Cuando hablo de BUSCADORA, es esa faceta personal de estar cuestionando. Buscar definiciones propias y ponerle nombre a lo que pienso, a lo que siento y a lo que creo.

Ese nombre no me lo puse yo. Gracias Mariana por facilitarme la búsqueda, por encontrarme esa definición tan precisa y acompañarme en mi oficio de buscadora. Dentro de FILOSOMI, esa buscadora se explaya, por ejemplo, en la respuesta a la pregunta recurrente: ¿y cómo haces para lograr todo eso: cuatro hijos, el deporte, los proyectos, la familia, los amigos, etc…? La respuesta tiene más de cuatro páginas y en resumidas cuentas dice que no busco el balance sino la armonía. Si quieren saber más ya saben a dónde ir.

Esta también la EPICURISTA que habla de la salud y mis placeres de la vida como viajar, descubrir lugares nuevos, la comida, la nutrición y todo lo que tenga que ver con honrar esta máquina perfecta y preciosa que es nuestro cuerpo, que hoy es el instrumento que nos permite cumplir nuestros objetivos y metas. Es este cuerpo el que está siempre en el presente, el que vive el ahora y, cuando está en sincronía con nuestra mente, nos permite experimentar la plenitud.

Por último, la TRIATLETA. Ahí están mis carreras, mis experiencias, mis aprendizajes; el cómo este deporte, que es mi pasión, me forma todos los días en los entrenamientos y en las competencias; cómo me permite aprender cada vez más de mí misma.

Las historias y las crónicas de mis carreras reposan en esta dimensión. ¿Y cómo empecé en este deporte? Sin tener la mínima idea en lo que me metía. ¿No cierto socia? Un buen día, hace mucho tiempo, mi socia, Caridad Ponce, me sugirió que sería una buena idea correr un IM. Yo no tenía ni idea qué significaba eso, hasta que me explicó que era una competencia en la que había que nadar 3800 metros, completar 180 km de bicicleta y 42 km de running.

Le pregunté cuánto tiempo nos íbamos a demorar entrenar para eso y me dijo cinco años. Me pareció razonable. ¡Afortunadamente fueron 10! y digo afortunadamente porque en ese lapso lo mejor de mi vida sucedió, mi familia. 

Y bueno, ya todos saben el resto, hice ese IM 10 años después y lo que pensé sería un desafío, se convirtió en mi estilo de vida y mi pasión. Ahora voy por mi IM número 13 y cerca de 30 IM 70.3 o medio IM.  

 De nuevo ¡Gracias!

Vengo planificando esto por algún tiempo, honestamente, con algunas dudas y cuestionamientos, sin saber si era en realidad una buena idea o solo lo era para mí. Hoy me doy cuenta que el momento en el que realmente está empezando es hoy, porque las cosas cobran vida cuando se comparten y se viven con otras personas.

Empezar algo es decir a viva voz a dónde me dirijo o, al menos, hacia dónde quiero ir. El inicio puede ser circunstancial o incluso una coincidencia; sin embargo, una acción a partir de ese inicio ya muestra una intención, una dirección, un deseo, un futuro. 

La razón que me ha llevado a lo largo de mi vida a proponerme muchas cosas ha sido la convicción de que lo que hace que cualquier esfuerzo valga la pena, es que le puede ser útil a otras personas. Cuando mi experiencia y mis vivencias pueden ayudar a encontrar un atajo, evitar cometer errores innecesarios o encontrar una fuente de  inspiración, a creer en sí mismos y a desafiarse cada día. 

Ahora FILOSOMI está aquí, es suyo, es nuestro. Es el lugar en donde prefiero y escojo estar, sobre todos los lugares del mundo, donde estoy con la gente que deseo, donde siempre queda algo pendiente, donde me conecto por dentro y por fuera y me convierto en el arquitecto de mi propio bienestar. 

Es un placer compartir con ustedes mi FILOSOMI, que ahora es suyo también.  Gracias por estar aquí. 

Fotos y video: Roberto Espinosa.

Anterior
Anterior

Mi rutina ¿Por qué practicar Yoga antes de una carrera?

Siguiente
Siguiente

Soy saludable, por tanto estoy saludable