Tengo episodios de ansiedad ¿Cómo los enfrento?

En un mundo en el que se nos exige perfección, es normal convertirnos en personas ansiosas.
— Filosomi

No existen las coincidencias, de eso no tengo duda. Es necesario e imprescindible ponerle atención a las señales de la cotidianidad que nos llevan a reflexionar sobre cómo estamos gestionamos tantas cosas.

Hace poco, en una entrevista para Radio Caracol, me preguntaron sobre la ansiedad, y me reconocí como una persona ansiosa. Me he dado el tiempo de analizar qué la provoca, cómo actúa y cuál es mi relación con ella.

  • La ansiedad me disminuye, me atrapa y sofoca, me paraliza y me nubla. Es capaz de disfrazarse de mil formas para confundirme e intentar que le dé otra explicación y significado.

  • Es una voz que me limita, que me puede llevar a creer que no soy capaz, que no puedo, que no soy suficiente.

  • Tiene la habilidad de desconectar lo que pienso de lo que hago. Me deja sin voz para expresar y decir lo que necesito y quiero, para actuar y liberarme de aquello que me ata. Evita que aspire a más, repitiéndome que no lo merezco.

Quizás la manera de vencer esta ansiedad y de alejarla de mí sea reconocerla, saber que está ahí, y que será difícil deshacerme de ella. Ha estado mucho tiempo dominándome, llenándome de ideas inútiles, manipulando mi voluntad, alejándome de lo que soy y de aquello que puedo ser.


Ansiedad, no dudo de que existes y llevas ya mucho tiempo influyendo en mis decisiones. He sido alguien que no reconozco y hoy deseo saber quién soy cuando no estás. 

¿Qué estoy haciendo para enfrentar mi ansiedad?

  1. El deporte ha sido mi espacio para identificar que tengo ansiedad y la herramienta para aprender a sobrellevarla. En mi experiencia la mejor manera de manejarla es ACEPTANDO que existe. Esa simple acción tiene el poder de conectarme conmigo misma. Acepto que estoy ansiosa, entiendo las razones que causan la sensación y busco maneras de afrontarla, no de distraerla.

  2. Ponerle un nombre y darle una sensación o forma en mi cuerpo, me ayuda a reducir su intensidad y a quitarle espacio en mi vida diaria. Yo suelo cerrar mis ojos e imaginar qué forma, qué color, cómo se siente esta ansiedad…A medida que voy encontrando las razones que la causan, puedo sentir como esta bola gris, viscosa, sin forma… empieza a reducirse, a tomar otro color y otra luz. Así en mi mente y en mi cuerpo deja de ser tan importante.

  3. Cuido mucho mi diálogo interno. Recuerdo que es poderoso tanto para hacerme bien, como para hacerme mucho mal. Intensifica las razones del Sí puedo o el No puedo. Yo elijo un diálogo interno que valide mis capacidades. Eso mata la ansiedad.

  4. Dicen que la ansiedad es exceso de futuro. A veces imaginando el mañana, suelo verme frente a una montaña de cosas, que no siempre refleja la realidad. Ahí es cuando decido enfocarme solo en aquello que yo puedo controlar.

  5. Procuro no ver a la ansiedad como sinónimo de falta de control o como algo negativo, sino como un llamado para el aprendizaje.

Lee: “Psicoterapia a la mano [3 ejercicios para actualizar tu autoestima]”.

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