Estrategias de guerra contra el azúcar

Planificar lo que vamos a comer previene que tomemos lo primero que encontramos en el refrigerador.

Planificar lo que vamos a comer previene que tomemos lo primero que encontramos en el refrigerador.

Eliminar los alimentos ricos en azúcar de tu despensa mejorará tu digestión y tu claridad mental.
— Marialuz

Después de haber confesado mi adicción al azúcar, tengo que decirles que afortunadamente podemos mejorar nuestra salud y revertir los síntomas dañinos que causa su consumo cambiando nuestra dieta, reduciendo o idealmente eliminando los alimentos refinados repletos de azúcar. Ahí van algunas estrategias de guerra teniendo como fuente el libro: “Food: Wtf should i eat?” del Dr. Mark Hyman.

Limpia la despensa: la forma mas fácil de evitar el azúcar es cuando no la tenemos.  Deshazte del pan, la pasta y otros alimentos empaquetados. No te olvides de los alimentos que tienen el azúcar camuflada como los aderezos de ensaladas, las salsas, ciertos condimentos, los jugos, la comida congelada, la fruta deshidratada, el yogurt con sabor, todos contienen azúcar. Revisa la etiqueta si no estás seguro. Eliminar estos alimentos mejorará tu digestión y tu claridad mental.

 ¡Ojo! El azúcar tiene miles de maneras de colarse en tu alimentación diaria: lleva siempre contigo algún snack saludable ( yo llevo un mix de frutos secos). Eso evita que pare en cualquier lugar a comprar algo rápido para saciar el hambre. Además planifica lo que vas a comer, eso previene que tomemos lo primero que encontramos en el refrigerador.

 Mucho, mucho verde: la col rizada y la espinaca son nuestros mejores amigos, nos ayudan a alcalinizar el cuerpo (reducir la inflamación) y nos dan una cantidad increíble de nutrientes, como las vitamias K, C y A, a más de buena fibra.

 Tomemos agua: la hidratación es importante siempre y en todo momento, especialmente al estar en la batalla de intentar eliminar el azúcar. El agua ayuda a nuestros órganos vitales a mover las toxinas fuera del cuerpo.

 Elevemos el ritmo cardiaco: esto no solo nos hace sudar y tonificarnos, sino también sube nuestra energía y equilibra los niveles de insulina. El ejercicio ayuda a movilizar el azúcar hacia los músculos para ser almacenados, incrementando inmediatamente la sensibilidad a la insulina. Los efectos pueden durar hasta 48 horas.

Lee: Azúcar bajo control ¿qué opciones tenemos?

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